El origen. Una historia del segundo piso del Periférico.

Transcurría el año de 1987, eran tiempos de agitación política previos a una nueva elección presidencial donde los destapes en la pasarela del PRI ocupaban la expectación de la gente que, en sus corazones, todavía retumbaban las secuelas de la dolorosa experiencia por el terremoto de 1985. La vapuleada CDMX necesitaba proyectos de innovación, pero aún se encontraba en plena reconstrucción y replaneación urbana que lo impedía, la expansión de la red vial de la ciudad seguía estancada y no se contaban con proyectos específicos. La problemática de la reconformación del uso del suelo se convertía en una necesidad de debate impostergable, y la mente de los dirigentes de la “Regencia” estaba enfocada en los reglamentos de construcción para nuevas edificaciones que estaban siendo modificados radicalmente para prevenir que otra tragedia similar se repitiera. Era una época en la que todavía teníamos fresco en nuestra cosmovisión la “mano de dios” de Maradona en el Estadio Azteca, la literatura de Joseph Brodsky, en las primeras planas de los diarios veíamos el anunciado ocaso de la Guerra Fría que estaba por venirse, donde Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov discutían el tratado de “no proliferación de armas nucleares”, noches donde los mexicanos estábamos pegados a los televisores viendo “Cuna de lobos” y los oficialistas noticieros de Jacobo Zabludovsky, tiempos donde nos divertíamos bailando en el “Magic” al ritmo de Timbiriche, Flans, Luis “Mi Rey” y Mijares, y nuestros caóticos cines llenos de adolescentes aterrados por el “Depredador” con Arnold Schwarzenegger.

Fue ahí en estos tiempos, en una fría tarde de noviembre de ese mismo año, que se encontraban reunidos ‒como era costumbre cada semana‒ en las oficinas de Televisa San Ángel, el Ing. David Serur Edid y el señor Don Emilio Azcárraga Milmo, mejor conocido como “El Tigre”, con el motivo de dar seguimiento a las obras de expansión que se estaban realizando en las instalaciones de la televisora. En medio de la reunión, de forma casual y ocurrente, “El Tigre” le comentó a Serur que con la reciente venta de una filial de la empresa, tenía recursos disponibles que deseaba invertirlos en un proyecto de infraestructura importante para la Ciudad de México ‒como decía, en “la Ciudad de sus amores”‒. Recuperado de la sorpresa y la incredulidad, Serur le respondió de manera elocuente que tenía la “loca” e “idílica” idea de hacer un segundo piso en el Periférico, ya que como él vivía en Ciudad Satélite, todas las mañanas padecía en carne propia las consecuencias del tráfico constante que todos los “satelucos” y los capitalinos sufrían diariamente. La reacción de Azcárraga fue inmediata y de sumo entusiasmo, de manera que a partir de ese momento comenzó a analizarse la factibilidad urbana y constructiva de plantear un prototipo funcional que tuviera sentido y pudiera ser de interés para las autoridades de la Ciudad.

Para ver el articulo completo visita https://elsemanario.com/colaboradores/jose-serur/257687/origen-una-historia-del-segundo-piso-del-periferico/